jueves, 6 de diciembre de 2012

6-D. Día de la De-Constitución



Suele ser un lugar bastante común entre las izquierdas de estos lares repudiar la constitución o más bien los propios hechos constitucionales. Se suelen considerar como cuerpos normativos que institucionalizan  un orden social y económico injusto. Algo así como la superestructura marco creada por quienes ejercen el poder fáctico económico cuando las constituciones (por ejemplo la del 78) se promulgan.

Nunca me ha parecido un análisis muy lúcido.  Las constituciones, los hechos constituyentes definen un cuerpo normativo que regula la relación entre los poderes del estado y estos con la sociedad. Una condición sine que non para poder aspirar siquiera a regular, controlar o establecer una relación dialéctica con el poder económico. Es decir, puede que una constitución no sea condición suficiente (no lo es) pero si necesaria para establecer un modelo social y democrático.

Creo que lo que nos está pasando en este crisis en parte tiene que ver con esto. Empecinados en pensar que lo institucional era el reflejo de los intereses de los poderosos, la globalización económica y la construcción monetaria y no política ni económica de Europa nos ha pillado a la izquierda en un alegre certamen de coros y danzas regionales.

En efecto, la infraestructura, la evolución hegemónica de determinadas fuerzas productivas (aunque quizás sea un piropo excesivo llamarlas eso en este caso) han determinado la superestructura. Pero en este caso más bien han determinado la no-superestructura. Es decir una auténtica De-constitucionalización de su ámbito de actuación para que se ejerza un papel de predominio fáctico de esas fuerzas productivas (financieras y acumuladoras/subastadoras de capital).

Por eso ahora mismo los estados nación y sus constituciones empiezan a ser simbología más que otra cosa. Ya no se gobierna desde parlamentos sino desde troikas. Por eso una constitución de supuesta rigidez como la española se modifica en un pispás para limitar las opciones de política económica en lo que cae el sol en la playa del Palmar. Por eso el 67% de los españoles dice en una encuesta del CIS que está insatisfecho con la democracia. Por eso hoy he declinado la invitación a leer un artículo de la Constitución por parte de la Delegación del Gobierno.

Por eso y porque si me toca leer el artículo 7, del título Preliminar, el que habla de que los sindicatos como contribuidores a la promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios, o el 131.2 en el que se reconoce la participación sindical en la planificación de la economía, o bien me da la risa tonta, o bien emulo a mi compañero Javier López, Secretario General de CCOO de Madrid.




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