domingo, 17 de febrero de 2013

Encuentro con el Partido de la Izquierda Europea



El viernes tuve la suerte de compartir una reunión informal con el Secretariado del Partido de la Izquierda Europea- European Left. Debo agradecer a Isabel Salud, coordinadora general de Ezker Anitza las gestiones para que tal encuentro se pudiera hacer antes de un acto político que tenían programado.

Tenía interés en escuchar de primera mano su visión sobre lo que está pasando en Europa y el tipo de alternativa que desde esa internacional política se quiere plantear. Tengo que decir que por cuestiones de agenda la cita fue de una hora y cuarto con lo que no pudimos profundizar demasiado, obviamente. En todo caso sirvió para algunas cosas.

En el secretariado había representantes de Francia (PCF), Grecia (Synaspismos, partido integrado en Syriza), Alemamia (Die Linke), Bulgaria (Izquierda búlgara), Catalunya (EUiA), además lógicamente de IU y de la propia organización europea.

En mi intervención, de forma breve hice alguna referencia al tipo de crisis que en mi opinión tenemos por delante. Más allá de la económica, la política y la social. Activar una alternativa de construcción democrática de Europa, constitucionalizando un espacio real de acción  que permita implementar políticas anti-ciclo, fiscales, presupuestarias, expansivas especialmente en los países donde más márgenes tengan sus propios aparatos productivos.

También me interesaba ver como percibían la acción de la Confederación Europea de Sindicatos.

Hubo unanimidad a la hora de poner el acento en la dimensión política de la crisis. Hablaban de crisis política, social y humanitaria; sin muchos ambages de un intento de acabar con la democracia. Tampoco había dudas en definir el europeo como un nivel de lucha. Resultó particularmente ilustrativa la intervención de la representante griega (Synaspismos, Syriza, segunda fuerza en el parlamento griego, y primera en las actuales encuestas). El 20-F celebran su vigésimo octava huelga general, y reconocía con una sonrisa un tanto triste, de la insuficiencia de la respuesta en un país, especialmente cuando está acosado por los distintos MoU bajo el chantaje de la insostenible situación de su nivel de endeudamiento.

He de decir con satisfacción  que todas las intervenciones destacaron las movilizaciones del 14-N como una auténtica referencia. Yo, voluntariamente no lo mencioné, pero sí ellas y ellos. Hacían un análisis ajustado a realidades distintas de la situación laboral. En Grecia, el laboratorio de políticas neoliberales en palabras de la representante, a partir de marzo los empresarios podían negociar individualmente las condiciones de trabajo. Iban a perder vigencia (dicho con otras palabras) los contratos colectivos (convenios). Evidentemente la pérdida de vigencia de los convenios en España me vino a la cabeza. Pero también el punto que el BCE exigió a Berlusconi en una carta respecto a la negociación colectiva:


La representante de Die Linke habló de la política de contención salarial de la última década en su país. Coincidía en la necesidad de activación salarial como una medida de reparto de la riqueza en Alemania y de activación de la demanda en el conjunto de la unión. Sin duda, una reflexión que se abre paso en ese país donde la DGB la propugna, junto con la propuesta de un Plan Marshall para Europa.

Otra coincidencia en todos ellos/as era la necesidad de tender alianzas entre las fuerzas políticas, sindicales y sociales. Hablaban de foros compartidos como el que se va a celebrar en Túnez o la cumbre alternativa de Atenas.

Fue significativo que la reflexión sobre la posible respuesta en clave populista a la crisis era totalmente compartida por la compañera búlgara y los representantes griegos. En Bulgaria, donde según dijo los sindicatos no son visibles (aunque hizo mención al 14-N como un momento de visibilidad), hablaba abiertamente del riesgo del fascismo por la simplicidad de sus argumentos. En Grecia qué decir, con la amenaza de Aurora Dorada campando por las calles de Atenas en un recuerdo de las negras camisas que asolaron Europa hace no tantas décadas.

Me pareció interesante no percibir ninguna opción euroescéptica o anti-europea. Parecían convencidas de que el reto es construir una Europa de izquierda y no se habló de volver a conceptos de soberanía estatales, aunque como digo, tampoco pudimos profundizar en todo.

En el terreno de lo negativo, la situación de desunión sindical que se da en algunos países, últimamente en Francia donde el acuerdo entre el Gobierno de Hollande y algunos sindicatos (salvo CGT y Force-Ouvriere) ha abierto una sima sindical. El Front de Gauche de Melenchon (donde se encuentra el PCF) va a promover un foro de diálogo social político y sindical, para enfrentar esa reforma. No le dije (no se puede coincidir siempre…) que el camino de la desunión se recorre muy rápido, y el de la unión es muy laborioso. A mí no me parece una buena noticia la situación de división del sindicalismo francés, ni del portugués… ni del vasco.

Preguntaron por la CES. Hacían una valoración positiva de la relación entre EuropeanLeft y la CES, y más aún de los pasos dados en los últimos tiempos. Pero aunque no lo dijeron, se intuía una cierta reserva al papel realizado a lo largo de la crisis. Les plantee la complejidad que supone una confederación de organizaciones tan distintas, en países dispares, con situaciones y aproximaciones distintas a la crisis. Por eso los pasos son difíciles, pero tiene valor haber articulado una propuesta en torno a un nuevo contrato social europeo, la intervención del BCE, la necesidad de un mayor presupuesto europeo y su financiación con un impuesto a las transacciones financieras. Con toda seguridad habría que avanzar en un auténtico sindicato europeo y no una mera coordinadora, pero parece prioritaria la construcción política real de Europa como elemento ¿previo? sobre el que construir una intervención coherente y más efectiva de ese sindicato europeo.


En la medida de las posibilidades les expliqué brevemente algunas iniciativas que pretendemos hacer próximamente y las que hemos realizado entre CCOO de Euskadi, la CGIL de la Toscana y la DGB de Renania-Palatinado.

En fin, una reunión interesante con una de las familias de la izquierda política europea. En un momento en que la política, la alternativa democrática y progresista, y la dimensión europea se tienen que conjugar. Parece obvio que mientras se mantenga esta deficiente construcción política Europea, se va a imponer de facto la opción de la devaluación interna en los países debilitados que dependan de financiación externa. La otra opción, la integración fiscal y presupuestaria que permita políticas contra el ciclo, necesita de una ofensiva social y política. Y el BCE jugando con la válvula de presión del coste de refinanciación de la deuda soberana, como lo del palo y la zanahoria, para promover un cambio en la fisonomía social y laboral de la zona Euro.


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