jueves, 18 de diciembre de 2014

Los motivos "del otro" y los acuerdos sociales


Leo en varios comentarios que el Gobierno ha accedido a pactar la ayuda para la inserción de las y los desempleados de larga duración, por una cuestión electoral. Está débil en las encuestas, con una pésima imagen producto de las políticas anti-sociales y la enorme tasa de paro, y eso le lleva a replantearse, siquiera parcialmente, su unilateralidad y avenirse a negociar con las organizaciones sindicales estas medidas.

Como el motivo del electoralismo se considera “espurio”, algunos (que no todos ni todas) concluyen que las organizaciones sindicales no debiéramos “dar cobertura” a esa escena. Yo respeto todas las opiniones, pero sinceramente creo que las organizaciones sindicales, al menos las que ponen en valor su autonomía sindical, no deben moverse en base al razonamiento moral sobre los “motivos del otro”. Tampoco creo que estemos para cuestionar las legitimidades de los otros ni para movernos a impulsos del calendario electoral. Más bien estamos para desde nuestra legitimidad otorgada democráticamente por las y los trabajadores, confrontar propuestas, tratar de negociarlas y llevarlas a buen puerto. Ante los Gobiernos,  ante las patronales o ante las empresas.


Veamos el contexto. Desde hace cuatro años prácticamente sufrimos un monólogo de políticas de austeridad. Las opciones de hacer una política contra el ciclo recesivo prácticamente son marginales en las instancias de poder. Monólogo austericida en Europa, en España como alumno aventajado y en Euskadi con otros márgenes

¿Cabe algún analogía entre la actuación sindical en los diferentes ámbitos? Por poner el ejemplo más reciente, en Europa se esboza un nuevo plan de inversiones. El Plan Juncker. Decepcionante. Mucho más modesto del que planteaba la Confederación Europea de Sindicatos. (Inversión del 2% PIB a 10 años frente a 0,8% a e y con sólo 21 mil millones de compromiso real).Tiene  una cosa modestamente positiva: supone un cierto cambio del pétreo discurso sufrido hasta ahora, a añadir al paquete de medidas del BCE, (por mucho que estas sean confusas e insuficientes).

¿Cuáles son las motivaciones de una  Comisión que ha sido fiel guardiana de las esencias austericidas? ¿Una súbita y parcial conversión? ¿El estancamiento económico europeo? ¿El riesgo de deflación? ¿Los fenómenos políticos del Frente Nacional o de UKIP en Gran Bretaña? ¿Opciones como Syriza o Podemos? ¿De todo un poco?

Pues para el movimiento sindical europeo lo fundamental no son los motivos, sino incidir en las medidas a impulsar. La CES en su última reunión del Comité Ejecutivo:

1-  Ha puesto de manifiesto las insuficiencias del Plan Juncker

2- ...su falta de credibilidad si no va acompañado de medidas coherentes con la apuesta por la activación en otras instancias de Gobierno, y

3-  ... ha defendido el llamado “plan Marshall para Europa” que en su día aprobamos.

Pero también ha dicho: “La CES reclama una gestión democrática adecuada del plan de inversiones y la inclusión de los indicadores sociales entre los criterios de selección. Los interlocutores sociales a nivel nacional deberán participar en la selección de proyectos presentados para financiación. La CES debe igualmente estar implicada en el trabajo de la task force (grupo de trabajo) europea para asegurar que las inversiones se centran en la reindustrialización sostenible de Europa, apoyando empleos dignos y servicios de calidad”.

En Euskadi hemos constituido una mesa de diálogo tripartito impulsada por el Gobierno de un partido reacio a este escenario desde hace casi dos décadas. ¿Cuáles son los motivos de la apuesta? ¿Un compromiso público expresado por el propio Lehendakari que se ha visto “pillado” por sus palabras y de esta manera cierra una puerta de crítica a la oposición, convocando la mesa? ¿Una apuesta convencida de la idoneidad de estos ámbitos tripartitos para hacer frente a los retos económicos, laborales y sociales del país?

Manifestación ante la crisis.
Año 2.009.Bilbao
Sinceramente, no lo sé. Y no diré que no me importa, pero no es lo fundamental. Lo fundamental es poder disponer de este ámbito y tratar de dotarlo de contenido. Es decir de planteamientos reivindicativos que para que tomen forma de acuerdos tripartitos habrán de adaptarse a los requerimientos de algún interés compartido, que lleven a las otras partes a suscribir el acuerdo. Serán expresión transaccionada de lo pactable, y no agotarán la reivindicación integral que mantengamos como propia… a la espera de mejores correlaciones de fuerza.

¿Ha caído Rajoy  del caballo camino de Santiago, y ha visto la luz de la concertación social? ¿Del papel democrático clave del movimiento sindical en una sociedad avanzada? O, en efecto ¿es consciente de la necesidad de medidas que palien su pésima imagen de gestión de una crisis socialmente brutal? Me abstengo de contestar…

En todo caso, el papel del sindicalismo en este terreno, al menos tal como lo interpretamos en CCOO, es aprovechar los elementos de coyuntura que puedan favorecer los planteamientos que venimos haciendo, canalizando la hipotética recuperación económica hacia los sectores vulnerables que más han sufrido la crisis. Debiera tener continuidad en el SMI, en la necesidad de una renta garantizada en un país donde la desigualdad arrampla con la cohesión social. Igualmente con una apuesta por la mejora salarial que finalmente dependerá de las distintas correlaciones de fuerzas.

Huelga y movilizaciones europeas
Año 2012
Todo ello, no conviene olvidarlo, con un gobierno en mayoría absoluta que planteó como una base programática la consolidación fiscal bajando impuestos. Pese a haber incumplido la segunda parte (en ese caso el ajuste hubiera sido más brutal), su apuesta avalada por la ciudadanía hasta nueva orden, forma parte del campo que tenemos que arar.

Que nadie se equivoque. No es autismo, es autonomía. No es equidistancia. Somos un sindicato socio-político y de clase. Precisamente por ello debemos analizar la complicadísima evolución socio-política y económica en la que nos movemos. No en el regate en corto electoral en el que necesariamente (¿necesariamente?) se van a mover los partidos en los próximos meses/año.

Reunión de la Presidenta de la CES
con el Lehendakari 
Más bien en como reivindicamos herramientas de influencia que deben ser de poder sindical, en un momento en el que a cualquier actuación reactiva se le dan todos los beneplácitos y a cualquier actuación proactiva, se le ponen todas las pegas. A nadie que ha impedido un desahucio se le achaca no haber cambiado la Ley Hipotecaria. A nadie que modifique la ley hipotecaria se le va a perdonar que no impida el último efecto indeseado de la estafa piramidal de la vivienda en los años pre-crisis. Signo de los tiempos de la hegemonía del post-pasotismo… 

¿Hace falta adaptación a nuevas fórmulas de acumulación de fuerzas, producto de esquemas de socialización distintos? Seguramente. Pero sin olvidar que las herramientas del sindicato son la agregación colectiva de intereses y su concreción en determinación de norma, dentro de una relación dinámica de poder organizado. No nos vayan a convencer de que para ir a las Indias no hacen falta barcos, y subamos al caballo… mientras nos enfilan para el Atlántico.




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